El dolor más grande es aquel que se sufre cuando se pierde un hijo, no importa por que motivos, el dolor es el mismo.
¡Perdón!... quise compartirlo, aunque no pude evitar el llanto, mientras veía el vídeo, sentí como mi corazón se oprimía, y las lágrimas brotaban a mares, amargas y dolorosas haciendo un nudo en la garganta, pero sé que nos sirve de reflexion.
Oh! cuanto dolor en la mirada del padre, y cuanto sufrimiento en su alma. Sé bien que, quién no ha pasado por algo así no logra entenderlo, pero quienes ya somos madres o padres, podemos imaginarlo.
Que Dios no desampare a todos aquellos que perdieron algún hijo,
y oraciones para los que partieron.
Tomás Orozco Luévanos